Conceder una pensión por incapacidad permanente, es una decisión que se deriva de un proceso ciertamente complejo.
La Seguridad Social, basándose en la experiencia acumulada en diversos trámites de ayuda social, conoce algunas de las enfermedades que pudieran otorgar una incapacidad permanente; sin embargo, no cuenta con una lista en donde se precisen las enfermedades por las cuales pudiera concederse este tipo de pensión.
En tal sentido, el bufete Campmany Abogados ha elaborado un listado de casos que poseen mayores posibilidades para adquirir la pensión de incapacidad permanente. Aquí te enunciamos las Enfermedades que pudieran conceder esta prestación.
El proceso para obtener una incapacidad permanente
El autorizo de una prestación como lo es la obtencion de una incapacidad permanente, es un trámite que posee sus particularidades en cuanto a los tiempos, procesos y caminos que requiere. No se limita solamente los requisitos establecidos, por ejemplo, para la viudedad o la jubilación.
Es por eso que el proceso de obtener dicha ayuda trae consigo cierto nivel de incertidumbre. Al inicio del proceso de solicitud de una pensión de incapacidad permanente, se le pregunta a la persona con cuántas opciones cuenta para conseguirla.
Es realmente un trámite difícil que puede demorar como máximo 135 días hábiles; además, el solicitante será sometido a una larga espera y a una valoración realizada por un tribunal médico. Esto es lo que genera grandes temores por el resultado que pudiera revelarse.
Todas estas cuestiones provocan que, a lo largo de la tramitación, el trabajador se cuestione si en realidad el padecimiento que le aqueja sea argumento suficiente para que se le otorgue la pensión solicitada.
¿Por qué la Seguridad Social guarda silencio al respecto?
La Seguridad social es la encargada de denegar o conceder la pensión; sin embargo, no cuenta con el listado de enfermedades que proporcionan el derecho a esta.
La razón fundamental de esto último es que, padecer una enfermedad no es causa suficiente para que a una persona se le otorgue el derecho a recibir una pensión de incapacidad permanente.
Por ello, el bufete especializado en asuntos de incapacidad Campmany Abogados”, valora esta cuestión desde la perspectiva de que no existen enfermedades, sino enfermos.
Campmany Abogados también explica, que no siempre una persona que padece una enfermedad puede quedar inhabilitada totalmente; sin embargo, esta misma enfermedad en otras personas, pudiera generar efectos invalidantes para su desempeño laboral.
Y no es solo esto lo que hay que tener en cuenta; sino también que algunas enfermedades pueden transitar por diversas fases, que, con el decursar del tiempo, generan secuelas perjudiciales en la salud de la persona que solicita la pensión de incapacidad.
Todos estos elementos deben ser tomados en consideración para la disposición final de la Seguridad Social, que se avala, por lo general, por el tribunal médico o Equipo de Valoración de Incapacidades.
En base a todo lo anterior, es difícil estructurar una lista que recoja de manera precisa las dolencias que certifican la aquiescencia de una pensión. En primer lugar, porque no existen enfermedades así, y segundo lugar, porque cada caso tiene sus singularidades.
Lo que si pudiera hacerse, es una selección de las enfermedades que tradicionalmente han posibilitado la autorización de la mayoría de las pensiones de incapacidad permanente.
En tal sentido, una voz acreditada para ello es la de un bufete que ha representado múltiples casos concernientes a incapacidades permanentes.
La lista que Campmany Abogados ha elaborado, pretende acercarse a las enfermedades que, como se dijo anteriormente, han posibilitado la mayor cantidad de opciones para obtener la pensión de incapacidad.
Está ordenada alfabéticamente y dividida por secciones quedando estructurada como sigue:
- Alergología (Dermatitis)
- Aparato digestivo (Colitis ulcerosa, Enfermedad de Crohn, Obesidad mórbida, Pancreatitis crónica
- Cardiología (Arterioesclerosis, Cardiopatías, Miocardiopatías)
- Enfermedades cardiovasculares (Aneurisma, Arteriopatías, Fibrilación auricular, Hipertensión pulmonar, Infartos agudos de miocardio, Insuficiencia mitral, Síndrome Wolf-Parkinson-White, Taquicardias, Tetralogía de Fallot)
- Enfermedades Psiquicas (Adiccion a drogas y alcohol, ludopatia, agorafobia, Depresion, Esquizofrenia, TEPT, Sinfrome de Burnout, Trastorno bipolar, trastornos de ansiedad, TOC)
- Medicina Interna (Fibromialgia, Lupus eritematoso sistémico, sensibilidad química, síndrome de fatiga crónica)
- Nefrología (Trasplante de riñón, Insuficiencia Renal Crónica)
- Neumología (Apnea del sueño, Asma, Enfermedades respiratorias causadas por amianto, Enfisemas, EPOC, Sarcoidosis)
- Neurología (Alzhaimer, Charcot-Marie-Tooth, Demencia, Ictus, Esclerosis Múltiple, Miastenia Gravis, Migraña, Neuropatía periférica, Parkinson, Traumatismos craneoencefálicos, Síndromes Arnold Chiari, Post Polio y de Lambert-Eaton)
- Oftalmología (Glaucoma, desprendimiento de retina, Neuropatía óptima, Perdida de visión, uveitis)
- Oncología (Cáncer de recto, cáncer de mama, cáncer de pulmón)
- Otorrinolaringología (Hipoacusia, síndrome de meniere)
- Reumatología (artitis reumatoide o psoriásica, enfermedad de behcet, espondilitis anquilosante)
- Traumatología (enfermedad de Perthes, Gonartsosis, hernia cervical, lumbalgia, síndrome cola de caballo u otras patologías graves de las manos, hombros, pies, codos o cadera)